“Hola Boku-chan, ¿puedes por favor enseñarnos sobre este mundo?”
Dos aventureras que dijeron ser de un mundo diferente vinieron a rescatarme cuando fui atacado por monstruos en la montaña.
Arin, una alegre elfo que puede fácilmente hacerse amigo de cualquiera, y Lulu, una bestia ligeramente tímida pero muy gentil.
Las dos estaban preocupadas, sin forma de volver a casa o a un lugar donde quedarse.
“¡Si no tienes ningún sitio al que ir, ven a mi casa!”
Le pedí a mi madre que ayudara a mis salvadores y les presté una vieja casa que no estaba en uso.
Cada día que paso cuidando de ellas dos es muy agradable y emocionante (aunque también hubo algunos días muy embarazosos…)
Un día, escuché que vinieron a mí buscando un marido, y empecé a sentir un tipo de emoción diferente…
¿Qué es este sentimiento…
¿Pueden estas dos Onee-chan enseñarme?
Adaptación de la visual novel del mismo nombre.
No es que yo sea alguien rico o de la clase alta, para nada. Nací y crecí en una familia humilde. Por suerte, nunca me faltó un hogar, ni pasé hambre ni frío. Si hay algo que he aprendido en mi niñez y se me ha quedado grabado a fuego en el alma es que CON LA COMIDA NO SE JUEGA
No tengo nada en contra de los shotas. Pero siempre que veo una obra de este estilo, una MUJER de proporciones increíbles siendo profanada por un shota… me deja la sensación como estar comprando la pieza más grande y cara de carne, asesorado y cocinado por La Capital, meterlo en el refrigerador y comérmelo 3 días después. Vamos, no me jodas.
Pero mira esas Waifus papá
Ponte una mano en el corafón y contéstame sinceramente: ¿para esto se sacrifico en la cruz nuestro señor? ¿Todo esa última cena por partida doble para un maldito shota de 5 poderosísimos centímetros? ¿Nos están robando con impuestos en la cara y encima quieren que les aplaudamos? ¿Pero estamos tontos o ke?
Ya no sé ni lo que digo. Solo sé que me voy a mandar una exquizita paja a la crema a la salud de las elfas. Un saludo y feliz navidad.